lunes, 18 de mayo de 2020

En 1930 ALBER CAMUS era el san Pedro que custodiaba la puerta del equipo de fútbol de la universidad de ARGEL. Se había acostumbrado a jugar de guardameta  desde niño, porque ése era el
puesto donde menos se gastaban los zapatos. Hijo de casa pobre, Camus no podía darse el lujo de correr las canchas: cada noche, la abuela le revisaba las suelas y le pegaba una paliza si las encontraba gastadas.
Durante sus años de arquero, Camus comprendió muchas cosas:

          🔺Aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades, donde la gente no suele ser lo que se dice derecha.🔻


También aprendió  a ganar sin sentirse Dios y a perder sin sentirse basura, sabidurías difíciles y aprendió algunos misterios del alma humana. 

sábado, 16 de mayo de 2020

Para mi en un escenario como el fútbol de semejante repercusión, hay que premiar lo que se obtiene merecidamente y con recurso lícitos  🔺! DEFENDER!🔻 No es un recurso ilícito🔺ESPECULAR!🔻 No es un recurso ilícito, no ataco nunca y 100% de efectividad, el equipo contrario manejó mas la pelota pero erro 10 ocasiones de gol. ¿ GANÓ EL MAS PRACMATICO? ! NOO!
Esa lógica le permitió ganar ese partido, pero no puede ser una lógica para siempre, quiero decir que si dejas siempre el balón al contrario para que te genere ocasiones y pensar que siempre puedes ganar de esta forma, será un error, el equipo que gana tras esperar el error del contrario es licito, pero no es lo mismo esperar el error del contrario que provocarlo.
No hay que preocuparse si no se premia un proceso que obtuvo meno que merecía, eso no debería de preocuparnos, la injusticia es muy común en el futbol.
Pero cuando se premia como bueno algo que no es bueno que es casual eso es muy dañino para todos,porque enseña a los que miran que un atajo te lleva al objetivo y normalmente un atajo no te lleva a ningún objetivo.